Ya lo dice el dicho, “Como en casa, en ningún sitio”. Posiblemente, esa sea la razón por la que nos gusta tanto nuestra Borda de Pastores, ubicada en Ayés, municipio cercano al pueblo de Rapún y a unos cinco minutos de la capital del Alto Gállego, Sabiñánigo. Podríamos contaros un montón de cosas sobre nuestra borda pero a estas alturas del texto lo único que os rondará la cabeza es la pregunta “¿Qué es una borda?”
No os preocupéis, es comprensible. Y como a nosotros nos encanta hablar sobre todo lo que tenga que ver con naturaleza, ganadería y nuestra borda, no tenemos ningún problema en responderos. Una borda es una construcción rural de dos plantas, aislada y construida en piedra y madera. Normalmente, se ubican a cierta altura para aprovechar los pastos, pues en general las bordas son empleadas por los ganaderos para resguardar el ganado o almacenar productos agrícolas; especialmente durante el período de trashumancia.
Antiguamente esta era la única función de las bordas. Sin embargo, los tiempos han cambiado y con ellos nuestra borda, que actualmente es un alojamiento de turismo rural situada en la pardina de Ayés.
Se denomina pardina a la extensión de tierra destinada a la agricultura y la ganadería en la que se encuentra un caserío de mayor o menor tamaño. Por tanto, el caserío sería la borda y la pardina el conjunto de terreno que hay a su alrededor, que en nuestro caso es de 260 hectáreas. Sí, en la ciudad lo habitual es tener un balcón o terraza, y si tenéis suerte un pequeño terreno decorado con plantas, macetas y flores al que poder llamar jardín… Nosotros tenemos 260 hectáreas de campo. ¿Qué afortunados, no? Digamos que forma parte de los placeres que ofrece la naturaleza. Pero bueno, volviendo a nuestra casa rural tenemos que deciros que además de disfrutar del paraje natural de la Peña Oroel, en ella también podéis sumergiros en el mundo de la ganadería ovina. Todo ello rodeados de comodidades, pues disponemos de cinco hermosas habitaciones que cuentan con las instalaciones necesarias para ofreceros una estancia confortable con el toque rústico que nos caracteriza. Sin duda, la opción perfecta para los amantes de la naturaleza y todo aquel que desee escapar del estrés propio de la ciudad.
Nuestra borda es mucho más que un alojamiento pues es un espacio de desconexión, un lugar donde las preocupaciones del día a día se dejan al margen. También es un lugar de reunión, donde los visitantes pueden estrechar lazos y disfrutar de los pequeños momentos. De esos momentos que con el tiempo se convierten en grandes recuerdos. Recuerdos y experiencias de los que pueden formar parte todos nuestros huéspedes ya que nuestra casa rural cuenta con zonas comunes que fomentan la convivencia y comunicación entre los integrantes. Algo que para nosotros es muy importante ya que hace de la borda una comunidad en la que disfrutar de experiencias tan ricas como son desarrollar la creatividad a base de juegos en la sala que tenemos preparada o contar historias al calor de las brasas.
Somos de la opinión de que las historias entran mejor con el estómago lleno. Por eso, durante vuestra estancia aquí, yo, Teresa, responsable de la borda, os prepararé un menú pastoril en el que no faltará el Ternasco de Aragón a la brasa en varias modalidades. Y es que, como descubriréis poco a poco, tanto a mi marido Vicente como a mí nos encanta disfrutar de todo lo que nos ofrece nuestra tierra.
“La magia” no se vive solo entre las paredes de la borda sino también en el exterior, que supone un regalo tanto para la vista como para los oídos. Además de los hermosos paisajes montañosos, la borda os descubrirá sonidos a los que posiblemente no hayáis prestado atención hasta el momento: el rugir del viento, el canto de los pájaros… Incluso, el silencio. Una melodía procedente de las profundidades de la tierra que os permitirá relajaros y apreciar mejor todo cuanto os rodea.
Y como cualquier momento es bueno para aprender, tengo que deciros que la borda os permite convertiros en pastores por unos días y acompañar al rebaño en su rutina diaria. Aunque no lo creáis, las ovejas tienen una vida muy interesante así que ¡no podéis perdéroslo! Además, contaréis con el apoyo de mi marido Vicente, pastor de la borda y experto en la materia. Por otro lado, podréis visitar el museo del ovino, donde a través de vídeos, paneles informativos y utensilios de uso agrícola y ganadero conoceréis al detalle el mundo de la ganadería ovina. Todo de una forma interactiva en el que las risas y las anécdotas están aseguradas. Y es que si buscáis actividades originales al aire libre ya sabéis a dónde tenéis que ir.
Ahora ya sabéis lo que es una borda, solo os queda vivir la experiencia. ¡Os esperamos!
Teresa y Vicente
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